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Acabo de firmar en Madrid un nuevo convenio de financiación para la modernización de los espacios turísticos canarios, en esta ocasión con el BBVA y por un importe de 100 millones de euros, de los más de 1.000 millones que estarán a disposición del sector antes de que concluya el año.
Un plan, sin duda, de enorme importancia para el presente y futuro de nuestras islas, generador de competitividad y, por tanto, de riqueza y empleo para nuestra gente. Un proyecto que, sin embargo, puede verse empañado por decisiones tomadas desde fuera y que podrían comprometer no sólo los resultados de las acciones que, como esta línea de crédito, hemos puesto en marcha para mejorar la calidad y posicionamiento de nuestro mercado; sino, lo que resultaría aún más grave, podrían poner en grave peligro el futuro del sector turístico y las conexiones de los canarios entre las Islas y con el exterior.
Me refiero al proyecto de privatización de AENA, de los aeropuertos del Estado, anunciado por el Gobierno central. Un tema que salió, precisamente, a preguntas de los medios, en la comparencia que tuve al concluir el acto, y que he querido convertir en reflexión para compartirla en este blog.
En situaciones de apuros económicos, el Estado suele acudir a la venta de activos. Se hizo en tiempos de Aznar y se hace ahora lo mismo con AENA. Es decir, que en lugar de adelgazar la Administración del Gobierno central, el Estado recurre a la privatización, obviando en muchos casos el carácter de interés público de los servicios afectados.
Pues bien, hay que decirlo bien alto y bien claro: Canarias se opone rotundamente a que se privaticen, a que se vendan sus aeropuertos. Es una medida que rechazamos y contra la que vamos a luchar con todos los medios legales a nuestro alcance.
Puede que en la Península, donde los ciudadanos cuentan con alternativas al avión para los desplazamientos externos (trenes, guaguas, carreteras…) la privatización de los aeropuertos pueda tener algún sentido, en la senda de hacerlos más competitivos frente a esos medios alternativos. Pero en Canarias no tenemos alternativa, nuestros aeropuertos no compiten con otros sistemas. Es un bien de servicio público.
El Gobierno de Canarias utilizará todas las herramientas a su alcance para evitar que los aeropuertos canarios pasen a manos privadas.
Se trata de instalaciones estratégicas en cualquier parte, y más en islas que viven del turismo
Si el Estado continúa por esa línea, el Gobierno canario reiterará la demanda histórica de gestionar nuestros aeropuertos, tal y como recoge nuestro estatuto de autonomía.